Procede de la iglesia derruida en el siglo XX del Salvador de Villafafila (Valladolid), cuyo presbiterio se cubría con esta armadura ataujerada de lazos de 10 de la segunda mitad del siglo XVI y en la actualidad reasentada en la capilla de san Bernardino de la Casa-museo del Greco tras su adquisición por el marqués de la Vega-Inclán.
Pese al perfecto engarce de la geometría entre los faldones, el de estos con el almizate adolece de defectos a la vista de los irregulares polígonos generados por haberse diseñado un almizate más pequeño de lo que debiera.
